domingo, 7 de abril de 2013

Inventando historias

El otro día estábamos con unos amigos que tienen una niña siete meses más pequeña que Guille. El padre me preguntaba si Guille juega solo, porque su pequeña era muy dependiente y no aguantaba jugando sola ni media hora. Entonces me pregunté que día cambio eso, en qué momento Guille empezó a inventar juegos.

 
Desde hace unos meses cuando Guille se pone a jugar le escucho hablar con sus juguetes. Es algo muy bonito la relación que un niño establece con sus juguetes, en el caso de mi hijo llega a tal nivel, que por las noches se despide de su camión favorito.
 
 
 Como Miguel es bombero a todo el mundo le ha dado por regalarnos camiones de bomberos, eso sí, a nadie se le ocurre comprar una máquina de escribir... a Guille le gusta mucho imaginar que va su padre en esos camiones a apagar incendios. Los bomberos para él se llaman "Ninos" por el ruido que hacen las sirenas al salir.
 
 
Cuando Guille empezó a sentarse compramos una bolsa enorme de pelotas de plástico, siempre le han encantado. Ahora le encanta meterse con Kike en el baúl dónde están guardadas a jugar a la "piscina de bolas" este juego hay que vigilarlo de cerca, ya que todavía no se da mucha cuenta de que su hermano es pequeño y no se puede hacer el bruto con él.
 
 


 
Pero sin duda los compañeros favoritos en las tardes con lluvia de mi hijo mayor son los coches y los cuentos. Muchas veces pienso que gen es el que le ha llevado directamente a los coches y no a las muñecas. Nosotros nunca le hemos guiado hacia ese camino, siempre le ha salido de forma natural.
 
Otra cosa que le chiflan son los cuentos. Ahora está todo el día pidiéndole a su padre y a mi que le contemos un cuento, pero también le encantan los de papel. Durante muchos meses sus favoritos eran los del Señor Coc, ahora le gustan unos chiquititos que leemos cada noche antes de irnos a dormir.
 
 
Estos fueron sus primeros coches. Se los trajeron los Reyes Magos en casa de Fede y Tania. Todavía los tiene, porque Guille ha heredado de Miguel el cuidar sus juguetes como tesoros, de hecho mi marido todavía tiene en el trastero con todas las piezas el barco pirata de los clicks.
 
 




 
Me doy cuenta de que mi hijo se hace mayor en esos momentos en los que ya no me necesita para jugar, en los que su propia imaginación ya es capaz de entretenerle solo. Y me da pena porque me encanta jugar con él, pero también me encanta, y me traer buenos y maravillosos recuerdos.
 
 

domingo, 31 de marzo de 2013

El cuarto azul

Nunca me ha gustado mucho la decoración. Las tiendas de muebles me dan mucha pereza. Odio mirar y buscar, yo lo que quiero es algo práctico y cómodo. Sin embargo, con el cuarto del bebé fue distinto, me hacía ilusión. Igual eran las hormonas del embarazo, pero quería hacerlo con cuidado y mimo, pensando las cosas. Ante mi se abrió un mundo desconocido pero muy interesante, el de los papeles de pared.


Finalmente, tras varios meses de búsqueda, encontré www.xuxulastrum.com una maravilla de dos hermanas que tienen pocos diseños, pero preciosos. El sitio dónde más feliz he sido en mi vida es buceando, debajo del agua, por eso me enamoró este fondo marino de cuento. Cuando se lo enseñé a Miguel le asustó el precio, un poco caro, pero también le encantó.


Igual también las hormonas tuvieron la culpa de que durante la creación de la habitación de Guille me diera por las estrellas. Quería estrellas por todos lados, la lámpara y el cojín de Zara Home, la colcha de la cuna, y los tiradores de la mesilla y los armarios, volví loca a mi madre buscando estrellas por todo Madrid. El sofá, ideal para dar el pecho, lo compramos en Ikea por 99 euros.
 

Una de las cosas que más me gusta de mi casa es que para nosotros todo, o casi todo tiene un significado. Igual no pega ni con cola, pero está ahí porque nos recuerda o algo o a alguien. El retrato de Guille, el hermano de Mafalda, me lo regaló mi "amiga invisible" del trabajo estando yo embarazada de Guillermo con el mensaje de "mi primera foto", me pareció tan bonito. El cuadro del camión de bomberos de juguete fue regalo de Miguel de cumpleaños. Como no quería tirar el gorro y la pulsera del hospital de mis dos hijos, lo que hice fue ponerlos en un marco de Ikea, así me recuerdan a los dos días más felices de mi vida. Mi amigo Germán es el mejor fotógrafo de niños de este país, y nos hizo unas fotos preciosas para colgar en la pared www.modelosporundia.com y mi madre ha hecho en punto de cruz los dos nombres de los niños.

No soy una persona que tengo muchos amigos, lo reconozco. De hecho, tengo muy pocos. Eso si, las pocas amigas que tengo son las mejores. Ellas me regalaron este mueble de Imaginarimum. Es un cambiador que luego será un armario. Es super práctico para tenerlo todo a mano, y me encantó desde que lo vi.
 
 

 Los muñecos y yo tampoco es que seamos muy amigos. Pero cuando llega un bebé es inevitable que te regalen alguno. Nosotros nos quedamos con los que notamos especiales, como el Oso azul que mi sobrina Paula le compró a Kike, el pollo para dormir de Nacho y Gonzalo, el corderito de Ana o el elefante super suave que Cristina trajo en una de las tardes más tristes que le recuerdo.

sábado, 30 de marzo de 2013

Mi juguete favorito

Ya os he dicho que vivo rodeada de "machos". Y digo machos y no hombres porque el cuarto es nuestro perro. Sirius llegó a nuestra vida como un regalo, y es algo literal porque se lo regalé a Miguel cuando aprobó su oposición. Necesitaba un compañero de carrera y de tiempo libre, y desde el primer momento se hicieron  uña y carne.

 
Seguro que os parece un dálmata precioso, que lo es, pero os aseguro que cuando era cachorro era escuchimizado y feucho, por eso nadie lo quería. Entre que fue el último de la camada en encontrar dueño y que su mamá había fallecido en el parto, hizo que fuera mío al instante.
 
Walt Disney hizo mucho daño a esta preciosa raza con su película "101 dálmatas". Sirius es un perro de niños, pero de los suyos. No le gustan los desconocidos, y todos los niños del barrio se le echan encima pensando que es "Pongo"... Pacientemente intenta huir en cuanto puede. Sin embargo, a los niños de su manada, los adora. Les chupa, les busca y deja que le hagan todas las perrerías. Eso sí, tanto Miguel como yo, intentamos no dejar nunca a los peques con Sirius solos sin vigilancia, en definitiva y por mucho que lo queramos, es un perro, y cuando un niño no mide su fuerza puede hacerle daño, y ahí sale el animal. Creemos que cuando la gente pierde la perspectiva de tratar a su perro como un perro convirtiéndolo en persona, es cuando empiezan los problemas de verdad.
 
 
 

 El perro es parte de nuestra familia y como tal nuestra responsabilidad. Pensamos las vacaciones buscando sitios en los que podamos ir con él e intentamos hacer planes al aire libre, aunque la lluvia últimamente no nos deja, para que Sirius disfrute como nosotros. Es cierto que queremos al "manchas" como le llamamos cariñosamente, como uno más, pero sabemos que es un perro, nada de sofá, nada de subir en las camas, nada de estar dando la plasta a la gente a la hora de comer para ver si le cae algo. Esta muy bien educado, pero tengo que decir que el mérito no es mío, sino de Miguel, que ha trabajado mucho con Sirius para adiestrarlo a nuestra manera. No queremos que nos traiga el periódico o que sepa hacerse el muerto, queremos que sea un buen perro.
 
 
Guille adora a Sirius, de hecho el otro día le dijo a la pediatra que era "Mi hermano Sirius"... pero también le he pillado tirándole del rabo, de las orejas, o intentando darle una patada. Queremos que nuestro hijo entienda que el respeto a los animales y a la naturaleza le harán mejor persona y más fuerte. Por eso sabemos que crecer al lado de un perro es de una gran ayuda para entenderlo.
 
 
 
La familia de Miguel siempre ha tenido perro, de hecho su hermano tiene dos. Sin embargo la mía nunca, y además no nos han gustado mucho, tuvimos el mejor gato del mundo y eso marca. Sin embargo Sirius ha entrado en mi casa como uno más, lo llevamos a Galicia a casa de mis padres y veranea con mis hermanos y sobrinos sin problemas. Mis hermanos nos invitan a sus casas sin importarles los pelos que deja, que son muchos, en sus alfombras, y mis sobrinos lo tratan como si fuera uno más.
 


 
Me acuerdo perfectamente la primera vez que Guille fue consciente de la presencia del perro. Estábamos en el cuarto azul, tumbado en su manta de juegos. Tenía unos cuatro meses y empezaba a escucharse a si mismo por lo que  no paraba de gritar... de repente se hizo el silencio, Sirius se había acercado a ver quién daba esos gritos. Guille soltó una carcajada deliciosa, y desde entonces ha pasado a ser su juguete favorito. Ese del que a veces te olvidas porque llegan cosas nuevas, pero al que siempre vuelves cuando necesitas un amigo.





viernes, 29 de marzo de 2013

Aliado con el enemigo

Cómo contaba ayer, desde que nació Kike no ha parado de llover... hoy no iba a ser menos. Con Miguel de guardia, mi suegra ha venido a echarme una mano, y hemos decidido que "si no puedes con tu enemigo, alíate con él". Y eso hemos hecho. Botas de agua, capa de lluvia, burbuja para Kike y ¡¡a saltar charcos!!


Mi hermana vive en Holanda y a principios de marzo estuvimos allí de visita, pasamos unos días muy divertidos pero también mojados. La Tía Bego le compró a Guille una capa de lluvia muy práctica y chula, es de Jip&Janneke, unos personajes de cuento holandés de los que ya os hablaré más adelante porque me encantan. Hoy la capa nos ha venido de lujo.


Hay pocas cosas en el mundo que gusten más a Guille que saltar con todas sus fuerzas encima de un charco. Si fuera por él, se pondría las botas de agua todos los días.


 A Kike también le gusta salir cuando llueve. Debe ser el ruido de las gotas de lluvia golpeando en la burbuja de su carrito, porque en cuanto pisamos las calle, se queda dormidito.


Cualquier excusa es buena para sacar a Sirius a la calle a dar un paseo. Aunque al principio nuestro hijo de cuatro patas no es muy pro lluvia, una vez mojado, ya le da igual y corre como un loco.


Tirarle palos a Sirius es una de nuestras aficiones favoritas. Aunque Guille pone todo su empeño, todavía no tiene fuerza para lanzarlos muy lejos, así que el perro prefiere quitárselo de la mano. Guille se enfada mucho, pero Sirius ya está lejos con su palo.


Al final ha sido una mañana muy divertida, en la que hemos terminado mojados como sopas, pero en la que Guille ha quemado toda la energía acumulada....

jueves, 28 de marzo de 2013

Aquí estamos

Hoy es nuestro primer día en este diario-blog. Su nombre, un poco melancólico tal vez, se debe a que desde que nació mi segundo hijo, el pasado mes de octubre, no ha parado de llover.
No tengo ningún ánimo de que se convierta en un blog super visitado. Sólo me lleva a escribirlo una cosa, mis dos niños. He tenido dos hijos en poco tiempo y mi vida ha dado tal cambio y tal vuelco que pensé crear "En tardes con lluvia" con dos objetivos: descargarme de tantas emociones y que Guille y Kike lo lean en un futuro.


Siempre quise ser madre. Mi hermana y mis cuñadas me hacían ver que era fácil, ellas son, con mi madre, el ejemplo que sigo cada día para educar a Guille y Kike. La experiencia de ser tía, me tenía fascinada. Aunque pronto descubrí, que como ellas me decían, poco tiene que ver.

Guille nació el 15 de diciembre de 2010. Elegimos este nombre porque sonaba bien en todas sus formas y maneras: Guillermo, Guille, Willy... nos gustaba. Fue un parto largo y sin dolor. Cuando a las nueve menos cuarto de la noche estaba en mis brazos solo pensaba: "¿como se puede querer tanto a alguien que acabas de conocer?".


Kike llegó 23 meses después. El 24 de octubre de 2012, casualmente el mismo día que su padre. Esta vez fue un parto corto y con dolor (fui de ese ridículo porcentaje al que la epidural no le hizo efecto). Cuando a las dos y media de la madrugada lo tuve en mis brazos sólo pensaba: "¿que dirá Guille al conocerte?".


Con este diario no voy a dar ni ejemplos ni consejos, tal vez alguna idea para hacer cosas con los niños o alguna receta de cocina (cocinar no se me da mal)... sólo comparto mi día a día como madre y como mujer rodeada de cuatro "machos", por supuesto mi perro también es de ese género.

Bienvenidos a nuestra vida...